Decidí que la visita al infierno era necesaria

(Publicado en el Diario El Informador el 20.05.09)

Atardeció, y el reflejo multicolor moderó la angustia, el sobresalto, aquella rabia inaudita que opacaba todo... el sueño, la fantasía y hasta la tristeza. Atardeció, y el invierno no fue más que una estación, un accidente, un acontecimiento innecesario que embadurnó todas las cosas, todas las tardes. Ella se sentía bonita, la reina de su grupo, la “mami”…como le decían. Era el centro de atención, la convergencia de las miradas. A sus 19 años, se sentía admirada, imitada, deseada. Su sueño: triunfar en el modelaje, ser moderadora de algún programa de televisión, hacer alguna novela. Leyó un aviso para un casting, acudió a la cita y cuando miró a las demás, sabía que la oportunidad sería suya. Se puso su traje de coctel y modeló. Se puso su bikini y asombró a los miembros del jurado calificador. Ella sentía que en el salón del hotel donde optaba a dar el primer paso para hacerse famosa, deslumbraba. La enviaron a una especie de camerino y allí no extraño que se le apareciera uno de los promotores. Le pidió que fuera lo más atrevida que pudiera para ver hasta dónde podía llegar su papel en una telenovela. Ella se dejó llevar por la fantasía. Le dieron algo de beber. Cuando despertó, había un video suyo. Un chantaje más que una proposición de trabajo, un sueño y una vida hecha pedazos por quienes estaban dispuestos a convertirla en reo mercantil de un comercio bien especial. Se llenó de dudas, de pesadillas. Confió entonces en la posibilidad de olvido. Negó lo vivido, pero no lo estropeado. Gritó, pero nadie escuchaba. Lloró, y nadie le acompañaba….era muy tarde, y estaba muy herida como para contarle al mundo el por qué de sus nuevos silencios. En sus últimos nubarrones, se quiso mucho menos. No había luz, tan solo un reflejo que encandilaba lo sufrido. Ese odio por tantos tropiezos. Ese ahogo final, de no haber sabido parar a tiempo. Pasaban los días, y en las consecuentes brisas que azotaban sus tristezas, una chicharra anunciaba nuevas neblinas. La carne, muerta primero que ella, era la antesala de su desdicha. El punto de inicio de ese detestado presente que en boca de hasta quienes le querían, le señalaba inclementemente. Era como el anuncio de que su vida no sería igual a partir de ese instante. Se envolvió en mentiras, se empapó de hipocresías, y en ese untarse de ansiedades entendió que no había más moral, que las de las circunstancias. Que un error, aunque fuera involuntario, podía ser el punto de inicio de algún precoz final. Ya no se siente bella, ni mami. Ve el video que sobre ella grabaron, y vomita. Se siente mujerzuela. Ramera impúdica. Prostituta barata. Quienes la cortejaban, se alejaron. Para colmo, aunque pagó por la copia que tiene – con dinero y con su cuerpo- alguien subió el video a internet y repartió por celular la dirección donde buscarlo. Por lo que pocos le creen su versión. Ha aprendido una siniestra lección. …y de la peor manera.

-Me escribe un par de veces concertando una entrevista que frustra su ausencia. Después de varias semanas, acude a una nueva cita. Es muy joven. Muy bella. De portada de revista internacional, diría yo. ¿Cuéntame, qué te pasa?...le digo.
- No se por dónde empezar. Me da mucha pena lo que tengo que contarle.

- ¿Es tan grave lo que te pasa?
- Si, Licenciado. A finales del año pasado, fue convocado un casting para aspirantes a modelo y actrices en un hotel del este de la ciudad. Mi sueño ha sido siempre ser modelo. Mis compañeros, mis amigos, dicen que yo puedo ser una modelo internacional. Siempre he creído que tengo el físico, la disposición y el talento para serlo. O una moderadora de televisión, o una actriz de telenovela. Siempre he sido la reina de mi curso. La novia del Club donde mis padres son socios. Por lo que muchos animaron ese sueño mío desde chiquita. Además tengo talento para el baile. Desde pequeña hice flamenco en una de las academias locales y eso me permitió tener gracia en el movimiento del cuerpo y en el de las manos. Además soy una de las mejores estudiantes de mi curso. Maquillo a mis amigas. Les digo como combinarse…yo he sentido siempre, que estaba hecha para ese mundo. Que era algo así como mi hábitat natural.

- ¿Qué te pasó en el casting?
- Bueno, había que llevar un álbum de fotografías, un vestido de fiesta con zapatos y accesorios, ropa informal y traje de baño, preferentemente bikinis. Yo lleve varias tandas de ropa. Quería ser la mejor, y sentía que tenía con qué, Licenciado. Me aplaudieron con el traje de fiesta. Con la ropa informal. Cuando me tocó modelar con Bikini, me puse un hilo dental que dejaba a la vista del jurado mi cuerpo, que yo he venido delineando con ejercicios, gimnasios y del cual estoy orgullosa. No tengo nada artificial, solo un retoque en “las lolas”. Sentí que me habían aplaudido más que a las otras. Me sentía la ganadora. Después del último desfile fueron pasándonos a una especie de camerino para entrevistas y medidas. A mi me tocó alguien del jurado que como era gay, me dio confianza. Sabía que no se iba a propasar. Que no era de esos viejos verdes detrás de alguna excusa para acercarse. Me habló de mis posibilidades, de lo que podían ayudarme…de mi cuerpo, de mi cara, de mi sonrisa, de mi movimiento…y mientras él hablaba, yo me veía casi que en Hollywood. Tienen una labia esos tipos, Licenciado, que ni le cuento!.

- ¿Te propuso algo? ¿Te invitó para alguna parte? ¿Alguna conversación incómoda?
- No. Me preguntó –además con mucha naturalidad- sí yo era virgen. Si había tenido alguna experiencia sexual

- ¿Te sorprendió?
- No. Pensé que esa pregunta se debía fundamentalmente a saber si yo era una loquita o no. Si era independiente o no…qué se yo!

- ¿Qué le contestaste?
- Que eso eran cosas muy íntimas de cada persona

- ¿Y qué te dijo?
- Nada. Me preguntó sobre novios. El trabajo de papá, sueños, etc. Pidió un par de jugos naturales. Uno de fresa para mí, y uno de melocotón para él. Me tomé mi jugo…y al rato, no supe más nada de mí.

- ¿Nada?
- Nada. Desperté, no sabía ni donde estaba, ni que hora era. Estaba sola, en un cuarto de otro hotel, desnuda y con síntomas evidentes de haber sido violentada sexualmente. Al lado de la cama estaba mi ropa, y un papel con una dirección y una hora de entrevista, con una nota que decía “no dejes de asistir…te conviene!”. Llamé a recepción a preguntar si sabían cómo había llegado allí, y me dijeron que en compañía de alguien que canceló la habitación y que al marcharse le había dejado dicho que él tenía que irse y que no me preocupara. Que no olvidara leer un papelito que me había dejado. Lloré. Me bañé…revisé mi celular y había algunas llamadas. Una de ellas con un video muy corto donde aparecía haciendo cosas que ni le cuento…y la recomendación de asistir a la entrevista. También la de guardar silencio para que nadie más viera el video, evidentemente que hecho con un teléfono. Lloré de nuevo. Vomité. Maldije…llamé a mi más íntima amiga quien se presentó en el hotel. Cuando subió la acompañaba el encargado, a quien le explicamos. Ofreció llamar a la policía, pero le pedimos que esperara a qué yo hablara con mis padres para que el golpe no fuera tan duro para ellos. Nos fuimos casa de mi amiga, y allí me bañé muchas veces más. Tenía rabia. Odio. Yo que era la más avispada, mire como caí. Decidimos no contar nada hasta que habláramos con el tipo. Fuimos mi amiga y yo al centro comercial donde nos citó. Cuando estábamos en la cafetería, suena mi celular y el tipo me dice que se reúne conmigo pero sola…y que ya no podía ser esa tarde, porque no sabe si yo le voy a tender una trampa. Que al día siguiente en un sitio que me diría a última hora, y sola. Porque si no, iba a subir el video a internet. Así lo hice. En medio de esa tormenta que bullía en mi mente.

- ¿No hablaste con tus padres?
- No, Licenciado. Ellos siempre se habían opuesto a que yo me dedicara al modelaje. Siempre me decían que ese era un mundo medio pervertido. Que en ese ambiente la droga, el homosexualismo, el sexo, el alcohol era la moneda de cambio… ¿se imagina?

- ¿Y con el tipo?
- Sí. Pero no era el gay que me entrevistó. Era un tipo como de 28 años, bien vestido. De modales corteses. Llegó a la mesa y yo le quería pegar, quería escupir a ese maldito antes que me hablara. Pero me contuve. Aunque no pude contener las lágrimas.,..¿Por qué a mí?...le pregunté. “Porque estás demasiado buena mi amor” me dijo. Traté de darle una cachetada y me agarró la mano…”tranquila, no empeores las cosas”. Me llené de paciencia y lo escuché. Me dejó ver en una portátil que cargaba tres videos míos. Donde yo aparecía cual actriz porno, haciendo con dos tipos de todo. Todas las aberraciones que a usted se le puedan ocurrir. Si bien con una mirada extraviada, parecía que estaba participando.

- ¿Y no recuerdas nada? ¿Ni siquiera el video te hizo recordar?
- No Licenciado, nada. Estaba yo en una especie de trío haciendo el amor en todas las formas, y en todas las aberraciones posibles. Algunas tomas mía desnuda, ya durmiendo. Pero en poses que ni le cuento. Lloré, entendiendo el paquete en que estaba metida. A pesar que después que supe lo del video me había hecho un ejercicio mental para no perder los estribos, casi los pierdo. Total que me calmé y el tipo me dijo…”míralo de esta manera, te equivocaste…y a lo mejor este video te ayuda en tu sueño de ser actriz, fíjate Roxana Díaz, después del video porno –mucho más fuerte que éste- se hizo famosa internacionalmente, se mete un billete y nadie la censura”……entonces le pregunté ¿qué quieres? Poco en relación al daño que te puede hacer ese video. Consíguete cinco millones de bolívares (de los de antes) y pasa un sábado conmigo. Si no, lo voy a subir a internet, se los voy a mandar a tus padres y a todos tus amigos. Le dije que yo no tenía ese dinero. Me dijo, ve a ver qué consigues y me lo das este viernes en el hotel al que vayamos. Y yo me olvido de ti y tú de lo que contiene el video. Se paró y se fue. Mi amiga que estaba cerca, se vino hasta la mesa y me abracé a ella casi histérica….
- ¿Qué decidiste?
- Pensé hablar con mis padres pero lo descarté de nuevo por las razones que le expliqué. Decidí entonces buscar algo de dinero, y complacerlo para despertar de la pesadilla. Eso era, entre lo peor…lo menos malo. Porque se limitaría, así pensaba en aquel momento, a un par de horas de tortura a cambio de poder seguir siendo lo que era en el ánimo y consideración de mis amigos y de mi familia. Decidí que la tortura, que la visita al infierno, era necesaria. Lo otro, era mil veces peor. Vendí algunas cosas mías, les pedí algo a unas amigas y reuní dos millones de bolívares. Acudí a la nueva cita y me fui con él. Esta vez a un hotel en Acarigua. Cuando íbamos por la carretera pensé que me iba a matar…pero me controlé y no le demostré miedo. No me dijo nada en todo el trayecto. Ni siquiera me preguntó cuánta plata le había conseguido. Llegamos a un hotel de mala muerte y entramos a una habitación. ¿Me trajiste el dinero? Preguntó. Solo dos millones. Ah carajo, me dijo. Entonces vas a tener que portarte como la propia putica para que compenses. Allí me dio terror y me puse a llorar. Pero no podía gritar. Mire que traté Licenciado…pero no me salía la voz. Estaba aterrorizada. Tenía pánico. Tanto que el tipo se me acercó, me desvistió y no opuse resistencia. Me pidió que lo besara y yo no podía, solo lloraba. Me pidió que lo toque y yo estaba temblando del miedo. Como pudo se colocó encima de mí tratando de tener sexo conmigo, pero al final se paró y me dijo…por lo menos hazme sexo oral, para salvarte. Te doy cinco minutos para eso. Y yo, perdida en un terror inenarrable. Me forzó a hacerlo y yo lloraba. Me cacheteó, me haló por el pelo…pero no podía. Hasta que se fue, llevándose el dinero. Como pude salí, tomé un carro y me vine a Barquisimeto. Llame a mi amiga y le dije, fue horrible, pero creo que terminó la pesadilla pues el tipo se llevó el dinero. Ella me dijo, creo que no. Voy para allá y te cuento. Cuando llegó, me contó. En los teléfonos de cuatro de nuestros amigos, estaba el video.

- ¿Cómo reaccionaste?
- Ya no tenía lágrimas…allí lo que hice fue resignarme. Le dije a mi amiga, que sea lo que Dios quiera.
- Tus padres ¿ya lo saben?
- Sí

- ¿Cómo reaccionaron?
. Como padres, como amigos, como gente que me quiere. Me han ayudado mucho. No han dudado de mi versión. Solo me han reprendido por no habérselo contado a tiempo, lo que me hubiera evitado el segundo infierno. También la mayoría de mis amigos. Algunas de mis amigas más bien si han reaccionado distinto. Se les salió la envidia. Ese goce morboso con el mal ajeno. Ese “mírenla, tan sobradita ella, y hasta la grabaron revolcándose con unos tipos”. Ha sido un aprendizaje difícil, pero aprendizaje. Hoy sé quiénes son mis amigos. Sé que hay que medir las consecuencias de los sueños, cuando éstos no se racionalizan. También que hay que confiar en los padres y desconfiar del todo el que nos alaba, sobre todo si nos está conociendo. Que no es el cuerpo la principal belleza. Y que estar exhibirse, ponerse “buenota”, de alguna manera es una manera de crear tentaciones ajenas. Y que los únicos casting a los que se puede acudir es a los de las televisoras conocidas, los grupos de teatro de trayectoria y nunca sola…siempre, con alguno de los padres para que los avispados se pongan un freno. Que para ser reconocida y respetada la belleza no es suficiente. Que hay que aprender a amar la inteligencia. Que si bien ayuda una cara bonita y un cuerpo hermoso, a veces –como en mi caso- es la vía ideal para que algún aberrado sacie toda su podredumbre en uno. Publique mi historia Licenciado, para que las muchachas que tengan los mismos sueños míos se cuiden y no se arriesguen. Que ese mundo de los reflectores es atractivo…pero muy peligroso!

Ha conocido, de la peor forma, ese lugar oscuro donde la carne le hace piruetas al infierno y el dolor, es solo un aliado de quienes en su perversión, no se detienen ante nada para calmar sus instintos. Ha conocido el sitio donde habitan las sombras más tenebrosas. El cómo es posible que un sueño se convierta en pesadilla, solo por no tomar todas las previsiones. También cómo puede empañarse la suerte, la fortuna, la alegría solo porque ser “la mami” alborota hormonas desquiciadas en algún pervertido con oficio. Cómo el dudar de la confianza de los padres, le obligó a repetir la tormenta, el barro, ese mundo de excretas que sufrió por segunda vez y que una petición de ayuda a tiempo, seguramente hubiera evitado. Tuvo que aprender de la más lamentable manera que la piel, el instinto, el sexo, cuando se distorsiona es capaz de hacer cometer a muchos los peores desaguisados. Que no basta ser muy linda. Ni ganar un concurso para ser admirada, si en el camino alguien se vale de eso para chantajear y prostituir. Sin embargo, ha madurado lo suficiente como para percibir su error. Su tragedia. Y hacer de ese negro episodio de su vida una dolorosa sesión de aprendizaje que hoy puede, para beneficio de otros compartir, por encima del dolor… pedagógicamente.

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