Una pancarta para la protesta

(Publicado el 02.05.07)

Una Pancarta
Para la Protesta, la Locura,
Y la Poesía

Lic. Víctor M. Barranco C.

A los 44 años, atiborrado de cosas inexpugnables, asido a la esperanza de ser algún día oído en su protesta de diario, cabalga hacia su propio Apocalipsis… víctima todo de una miseria hospitalaria a la que no quiere seguir siendo sometido. Solo, sin más camino que el de unos pies cansados de tanto recorrer los tiempos, emite desde su pancarta señalamientos que son parte de sus cicatrices de vida. Concluye su guerra de todos los días cuando apunta en su derrotero a lo infinito, lo trágicamente real, lo impensable. Y eleva su voz, cuando desde su poesía emprende el camino de la vida, con sus verdades concluyentes. Siente que algunos le reconocen, otros le critican, pero que se ha ganado un espacio con sus letras, con su protesta de diario, con ese grito de rebeldía que lo ha convertido –entre nosotros- en el más cuerdo de todos los locos. En sus vacíos detenidos, cuando la reclusión terapéutica laceró lo que en teoría debió curar, la medicina irresponsable dejó huella cruel en su andar y en su experiencia. Ni siquiera la agresión, llegó a romper en su momento aquel frío vecino de grises eternos. Al contrario, despertó el amor a su guerra. A veces estéril, desconsiderada consigo mismo, injusta en las proporciones, pero inevitable guerra en el mundo de sus huesos. En su andar de pasos infinitos, ha renunciado a la sensación de calma. Su huella, dejada tantas veces en las calles, en los papeles, en sus cuadernos, en la conciencia de los demás, cobijan la esperanza de hacerse un espacio desde su pancarta..la misma desde donde, en busca de su propia sombra, unas manos viejas, callosas de tanto asirse a la vida comenzaron a hacer parches en aquella ropa vieja que cubría la tierra. Y leyendo, aprendiendo, hurgando en su familia, en su pasado, en las frustraciones de los primeros años, en los abusos familiares y los excesos médicos –al decir de él mismo- sintió que sus mañanas, eran como sus sueños..interrumpidos, solo a veces. Sus labios, cansados de tanto decir tiempos se rebelaron contra lo absurdo, lo injusto, lo materialmente corrompido. Allí, dejó de temer al espacio, al uniforme, al invierno. Decidió entonces no tapar más los vacíos, ni escuchar en su mente, ni en la vecindad de su reclusión, ni en su andar con su protesta, los gemidos eternos. Ni claudicar. Ni vivir por vivir…mucho menos, morir existiendo.

- ¿Cómo es eso que eres loco, y escribes con tanta sensatez?
“Fue a mis siete años de edad cuando comencé a interesarme por aprender a leer y escribir. No recuerdo cómo me había nacido la idea de que era muy importante aprender a leer y escribir. Uno de mis deseos infantiles era querer ser un hombre grande muy importante que supiera leer y escribir. A los ocho me llevaron a la escuela de una vez al segundo grado porque ya sabía leer y, escribir lo suficiente para mi edad. Con mi vocación había motivado a los adultos que me ayudaron a aprender antes de llegar por primera vez a la escuela. Me acostumbré rápido a esa escuela y fue primero entre mis compañeritos de estudio con quienes empecé a vincular mis sentimientos de afecto y apreciación de estima. A los 8 me llevaron a la escuela de una vez al segundo grado porque ya sabía leer y escribir lo suficiente para mi edad. Con mi vocación había motivado a los adultos que me ayudaron a aprender antes de llegar por primera vez a la escuela”

- ¿Y en tu casa…cómo era tu vida de niño?
“Una señora y un señor me terminaban de criar pero siempre los sentí como unos extraños. Apenas, rara vez llegaba visita esporádica que nunca se quedaba ni duraba mucho y no me tomaban en cuenta. Antes había estado viviendo yo en otra casa de extrema miseria con mi mamá y otros hermanos sin padres conocidos. Así que ninguno de estos me hacía falta. Me bastaba con mis compañeritos de escuela y con mi perrita Princesa”.

- ¿Tu mascota?
“Princesa, princesita, mi perrita, pringa, príngala, kringa, Jeríngala, perra prin, kerra krin, lake, kerri. Pringa la perrita perra pringa la pringui. Kringa la kerrita kerra kringa la kringui. Todos estos nombres sacados de la raíz PRINCESA me nacían del alma infantil mía llamándola para jugar y ella, siempre me respondía a cualquiera de esos nombres dejándose arrullar así”.

- ¿Eras feliz?
“Algunas veces yo también jugaba en la calle con otros muchachos del vecindario. A los vecinitos frente a la casa a veces los dejaban entrar porque los viejos eran sus padrinos y adentro compartíamos los juguetes del niño Jesús. También me ponían a trabajar en un club social donde hacía trato con amigos adultos hoy en día entrañables que me apodaban Chefito y otros Juliancito. A mis diecisiete años me marché repentinamente de esa casa sin traerme nada ni a mi perrita que dejé para siempre. Fue la noche en que tuve un altercado con el viejo. La vieja ya tenía varios meses de muerta. Estaba cansado de las injusticias de sus pelas que con odio ciego y sordo me daba en castigo por insignificancias. Hasta los momentos yo nunca he sabido que padres le peguen así a sus hijos. Desde esa noche soy casi siempre un indigente, yo quedé loco en la calle. No fui un niño de la calle pero sí maltratado. Hoy un hombre de la calle hasta los momentos. El viejo vino a morirse veinticuatro años después”.

- ¿Eras entonces..un niño triste?
“No, no era un niño triste. En mis principios de imaginación recuerdo con cariño y no siento ningún agravio de los apodos con que ridiculizaban mis defectos físicos. Como por ejemplo: mi displasia de los miembros inferiores. Tengo las piernas muy cortas en relación al resto de mi cuerpo. Soy enano de las piernas. Me apodaban el enano, el pigmeo, el marciano, chispita y pulgarcito. Por mi nariz me apodaban Pinocho. Yo también me divertía con mi ridiculez física. Lo que si me hubiera herido de verdad es un apodo que los viejos de la casa recomendaron contra mí a las maestras para que éstas enseñaran a los demás alumnos a ridiculizarme más. Pero los muchachos no se acostumbraron a apodarme el cagón como aquellos querían. Era que en casa me daban de comer una carne en salsa que me descomponía el estómago..entonces me golpeaban y me restregaban las heces fecales en la boca”.

- ¿Cómo te preparaste entonces, de donde viene la sintaxis, el conocimiento, esa capacidad sobresaliente que tienes para escribir?
“Yo seguí sacrificándome en mis estudios en esta otra vida tan drásticamente diferente, pero; nunca terminé y seguí con la vocación no más que autodidáctica. Mi querencia es la biblioteca pública, aunque nunca puedo estar cada vez que quiero donde siempre quiero estar. En dinámico biblio-club deseo re-vitalizar los libros re-creándolos como si conversara silenciosamente con el autor y así interiormente participar en la obra escrita, leer para identificarme, reconocer mi situación y límites humanos, examinar mi papel correspondiente en el proceso social del esfuerzo constante histórico en el que todos participamos como humanos. No obstante lo mucho que me he querido aplicar ahí mi autodidáctica todavía es subdesarrollada, tanto por mi prolongada pobreza extrema en la calle, también por mi enfermedad mental crónica, pero; principalmente y sobre todo es por la mala planificación de esta injusta sociedad deshumanizada en que me ha tocado desarrollarme lo poco que he podido hasta hoy en día. Soy depresivo patológico crónico genético. Es un desorden bioquímico cerebral heredado y no es porque yo tenga hábitos adquiridos de consumo de drogas prohibidas o autorizadas. Yo soy muy diferente entre los indigentes, ya que todos ellos, para ahogar las penas y huir de las angustias de esta vida indigente, consumen algunas de esas drogas. Yo no. Dentro de ese submundo marginal al que pertenezco y donde no nos favorece la justicia nunca hay estado de derecho para nosotros los más desaventajados”

- ¿Te consideras un indigente?
“A diferencia de los demás indigentes soy un ser orientado en la educación de enfrentar los problemas de la vida dentro de los perímetros de la realidad en que uno cae como los dados echados del cubilete. Suerte para mí en esosdados que no soy el heredero genético más enfermo de mi familia consanguínea; aunque tampoco soy el menos afectado. Siempre he repudiado las drogas con que en los psiquiátricos han profanado mi mente; además de losmúltiples maltratos, desde los más sutiles hasta los más violentos con que reprimen ahí a muchos de nosotros. Así que me he hecho famoso con mi protesta: EL SIQUIÁTRICO ES OTRA AGENCIA SOCIAL REPRESIVA. La he diligenciado durante estos últimos diez años hasta salpicar al mundo internacional. Se trata de un caso de la vida real que sucedeen todo el mundo y no son cosas subjetivas mías”.

- ¿Sientes que ha valido la pena tu protesta?
“En lo que sí he sido único es en mi estilo de protestar. Si ha derecordarme la historia será nada más y nada menos que como EL LOCO DE LA PANCARTA. Algunos les da lástima y se conduelen de mí por ese apodo que marca para siempre mi historia. En verdad se equivocan; yo prefiero esa famaque no me intimida, en vez de lo de escritor que también se me conoce. También soy subdesarrollado en mi literatura y prefiero que no me comprometan tanto como escritor. No tengo tanta capacidad ni alcance como parece en ese arte de la literatura. Solamente me siento escritor en el aquí y el ahora de los momentos en que me pongo a escribir. Cuando no estoy escribiendo me intimida que me llamen como escritor o que me presenten como escritor. Más bien me gustaría poder leer más, pero; valga el pleonasmo: uno nunca puede hacer todo en querencia”

- ¿Y el amor?
“También he querido ser novio de la vida, pero; tanto tiempo en la indigencia y con esta enfermedad crónica tan antisocial, más esta figura de enano ridícula que no me ayuda, no me ha dejado tener novia ni mucho menos hijos. No me gustan las locas de mi clase social y no quiere decir que yo sea homosexual; es que es mejor no multiplicar la pobreza. Reinas que han sido novias de mis poemas atestiguan que no soy homosexual. Tampoco estoy en el otro extremo machista. Para ser poeta no es estrictamente necesario ser romántico, pero; un poeta que no lo inspiren las mujeres es un ser incompleto. Ser novio de la vida es, en su significado más amplio y profundo, básicamente fraternal; no excluye lo de sexualidad que también tiene algo de importancia no tanta como lo exageran los machistas. No siempre todos hembras y varones podemos ser novios, pero; siempre en la escuela que crece con nosotros, que no nos abandona nunca y que nos enseña en armonía con todo lo demás vivo que sanamente deje vivir siempre somos todos hermanos. Esa escuela del arte de vivir es lo más importante e imprescindible que siempre tiene mucho que aprenderle y es lo más difícil”.

- ¿Loco de verdad..o la verdad de un loco?
“No sé. Pero siempre hay quienes se fijan mejor y se dan cuenta que no soy tan loco”.

Definitivamente es un personaje. Un poeta arrancado a la más cruel de las pesadillas. Un predicador de su verdad, que avanza acompañado de su protesta para que otros no tropiecen y manchen los colores que habitan sus cuadernos. Anda hurgando, destapando, descubriendo, denunciando tragedias mudas con cruces que punzan diariamente sus silencios…para que su voz no sienta el olor a olvido. Para que su mente y las de quienes sean como él, conozcan más allá que el dolor de las angustias, el brillo de la maldad y la humedad de los vacíos. Para que su hambre de calor, de comprensión, de audiencia no le recuerde más como limitación la dimensión de sus piernas….cansadas piernas de recorrer calendarios.
Para que siga buscando, a veces sin conseguirlo del todo, la comprensión que merece en las esquinas distantes, esas que albergan el poder de decisión en las esferas de la sociedad en que vive. Para no continuar sin sonidos, ni sonrisas. Para dejar de ser solo un desahuciado de la vida. Un reo de la negligencia. Y pueda emprender, alguna vez sin temor, el camino de sus propios pasos y pueda dejar de pensar –con siniestra razón- que, gracias a otros, la peor tortura para un enfermo mental en la Venezuela de todos…es la propia existencia.





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