Yo era un vago

(Publicado el 08.08.07)

Yo era un Vago
Ahora soy un Hombre Útil


Lic. Víctor M. Barranco C.

Vivían de pié, como los árboles, que mueren viendo siempre el mismo horizonte. Vivían en un barrio a quien muchos etiquetaron solo por su pobreza. Solos, con ese sueño en la mente y en los bolsillos producto de una fantasía que enfrentaba sus dramas diarios. Crecían en medio de una moral, unos desajustes, algunas inconveniencias familiares…algunos principios, alguna amistad y algún sinsabor por lo presenciado. Con sus trajes de esperanza arrugados, ajados…y unas piernas huesudas, desgastadas, cansadas de la búsqueda de un camino. Oculta, la sonrisa. También el llanto. Como quien llega y después no sabe para qué…descalzos, con una sola e inmensa callosidad recubriéndoles la mente, el dolor, el amor…el sitio donde habitan las emociones. Con una disposición de, en algún momento, tratar de borrarlo todo…en un afán de tratar de comenzar de nuevo. En San Francisco, donde se tejen historias y mitos…leyendas y realidades sobre la oportunidad, el ocio, el hambre, la estima, el respeto, la conducta de sus muchachos..y ese deseo de crecer que sacude con fuerzas el día a día de los adolescentes del barrio, ellos…siembran sus madrugadas. Allí, un grupo de muchachos, deseosos de reivindicar la autoestima colectiva..y la personal por supuesto…sobreponiendo estereotipos odiosos, etiquetas injustas, marcas ajenas y culpas de otros… en medio de ese silencio que aturde cuando las oportunidades escasean…inmersos en esa carencia que colinda con la miseria…sin ruidos en su desarrollo personal; han encontrado un sitio de luz que, desde la educación asistemática, consigue excusas para enseñarlos en el desarrollo personal, en el uso de su sexualidad, en el respeto a sí mismos y a los otros, en la asunción de su vida como una responsabilidad…y desde esas aulas donde solo deberían aprender a ser asistentes administrativos, gracias a una Directora y a unos profesores que entienden que aprendizaje asistemático y formación integral son también su responsabilidad… a ese deseo tan suyo de no ser más acompañantes de la oscuridad, y por ello haciendo lo posible porque en algún momento la claridad cobije las sombras…se hacen hombres y mujeres más allá de cualquier contaminación del entorno. Se responden inquietudes y corrigen extravíos, solo porque allí en esas aulas, hay una explicación para sus preguntas, una respuesta a sus inquietudes, un respeto a sus personas. Ya nunca más se sentarán sobre la burla ajena…han entendido que la ayuda académica, la del establecimiento público, construyó en ellos...no solo una manera de ganarse la vida honestamente, si no ese respeto, esa formación moral y cívica, esa inquietud por el conocimiento personal …que les cambió el rumbo, positivamente. Hoy, según ellos, en el sitio donde convergen sus planes, sus relojes, sus calendarios, sus tiempos; la hora cansada de recorrer senderos… hay anuncios de una aurora nueva, de un repetirse de días distintos, de un desprenderse de aquel estigma que sacaba cuentas negativas, siempre en silencio. Hoy su angustia, camino de la conciencia, recorre –desprendida del ayer absoluto de miserias, señalamientos y podredumbre- un derrotero nuevo, una posibilidad diferente...el escondite de las sirenas y las alarmas que, empapadas en la lluvia del nuevo saber y querer, recorren un solo grito..el de victoria, cuando renunciando a lo que muchos malpensaron ellos iban a ser, recataron sus amaneceres, sus futuros, sus esperanzas …como desembarazándose de todo mal augurio, y abrazando para siempre la verdad sembrada desde aquél día en que la academia...quiso, y pudo, ser algo más que éso.
- Dos hombres y dos mujeres jóvenes, entre 17 y 18 años, me visitan…¿en qué puedo serles útiles, le pregunto?
- “Bien Licenciado, dice Andreína, nosotros hemos venido siguiendo sus trabajos. Compramos El Informador todos los miércoles para leer sus entrevistas. Y creemos que nosotros vivimos una experiencia que bien podría usted recoger en una de ellas”.

-Cuéntenme...les pido
- “Nosotros estudiamos en el Barrio San Francisco, en CECAGER...señala Víctor. Allí además de las materias que cubren el diseño curricular, los profesores han incorporado otras que nos dan sin cobro alguno, destinadas a fortalecer nuestra formación en el ámbito personal, más allá de las meramente técnicas que cubre nuestro pensum”

-Me parece loable, les digo. Pero, les acoto, en mis trabajos de los miércoles trato de reflejar un problema humano, para desde allí tratar de construir reflexiones y soluciones..y en su planteamiento no veo, hasta ese momento, si no docentes dedicados..posiblemente más que los del común, pero hasta ahí
- “Justamente, me dice Sara, es por eso que vinimos. En un barrio a veces estigmatizado sin razón, donde muchos de sus adolescentes rechazan estudiar, donde hay valores distorsionados, problemas familiares, la academia nos ha permitido el sentar cabeza…el ver las cosas distintas. El aprender unos valores que determinan nuestro comportamiento. Una institución que ha podido rescatar a mucho adolescente de un camino equivocado. Y no porque se lo pide el pensum, si no porque hay una Directora y unos profesores dispuestos a dar ese algo más que se requiere para hacer las cosas bien. Hay –dice Hernán- una posibilidad de ser distintos. De saber el por qué de cada conducta y de cada cosa. El por qué de la mentira. De nuestras respuestas frente a ciertos estímulos. De la problemática sexual…de tantas cosas que a veces no tenemos quién nos responda y por ello nos hacemos una idea equivocada de las cosas. Por ejemplo, interviene Víctor, yo era un vago antes de llegar a la Academia...y ahora sé que soy un hombre útil…hay soluciones, apuntan Sara y Andreína, a muchas de nuestras dificultades. A cosas que de tanto dolernos, ya no nos duelen, y eso es grave. Cuando el mal se hace cotidiano. Cuando la ignorancia se hace próxima y ya no molesta. Cuando no está en casa papá para resolvernos alguna duda, y no hay esperanzas que lo haga, y no porque tarde en volver...Simplemente porque no está. Porque ya no vuelve. Cuando la problemática económica de la familia nos hace mudarnos muchas veces, y tener amigos y costumbres distintas, sin que nadie se percate del daño que se nos hace. Cuando nuestros padres en vez de hablarnos y entendernos, de permitirnos sus manos, sus hombros, sus conocimientos, su tiempo, su experiencia, su atención para ser como queremos…solo lo hacen para que seamos como ellos quisieran..o como ellos no pudieron ser. ”

-¿Y han conseguido en esa Academia esa orientación?
- “Sí, y eso es lo importante. Cuando los maestros, en otras instituciones, solo dictan lo que el programa les pide, cuando los padres no asumen su rol a plenitud, o simplemente no están…cuando se estudia o se crece en un barrio estigmatizado..ir más allá de lo académico es un gran beneficio para nosotros. Cuando se analiza la mentira. La relación sexual. El embarazo precoz. La incidencia de los sectores de menos recursos en ellos. Donde aprendemos no solo de valores, si no que ellos no deben ser negociados. Donde hay herramientas para ganarnos la vida, pero también para construirnos una, decente, respetada y respetable…por eso creemos que hay que decirlo. Y usted puede ser un buen medio para ello, porque lo leen, lo siguen y le cree muchísima gente. Nosotros somos testimonio de esa labor que queremos todos conozcan. Resultado de ese esfuerzo que a veces pasa desapercibido. Habitantes de esa comunidad que luchan por ser mejores, a pesar de sus carencias. Un barrio que merece mejor trato. Unos adolescentes que tienen allí una mejor oportunidad. Un espacio que hay que dar a conocer para que mucho adolescente tenga la misma oportunidad que nosotros. Un esfuerzo que hay que reconocer, aunque algunos lo desprecien. Mucho se mal habla de la educación actual. Mucho se le critica su corto alcance..a veces sin saber que hay experiencias como esta que le referimos, capaces de satisfacer cualquier proceso de formación que se pretenda.”

-¿Cuántos alumnos hay?
- “Algo más del centenar. Gente que en un año de estudios, y otro de pasantía, sale con herramientas ciertas para ejercer una profesión. Para asumir un camino con el mapa claro. Con esa experticia para conducirla que, de no ser por ellos, no hubiéramos tenido. Estar en CECAGER (una dependencia del INCE) puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso para los adolescentes de San Francisco, la tranquilidad de la familia. Una especie de seguro que garantiza la elección entre lo debido y lo indebido. A veces, el sustituto orientador que, por razones que no vale la pena acá contar, no han tenido muchos en sus casas o en sus familias.”

Bien, les digo…voy a relatar este encuentro en uno de mis reportajes a ver si el mundo conoce eso tan maravilloso que, según ustedes, pasa en San Francisco. Me estrechan la mano y se despiden. Me dejan la impresión que están de vuelta al optimismo. A sus planes, a ese soñar despierto que es regla en quienes piensan que llevan el mundo adentro. Han regresado a sus amigos, al valor de la lealtad, a la humildad del reconocimiento. A esa pureza de pensamiento y de propósito que se asoma, sin dificultad, en su mirada. Han emitido sus voces, buscando que alguien voltee y se percate que están allí..con un nombre y un mapa nuevo, un sueño virgen y esa inocencia congénita de quienes en sus primeros años desconocen el perverso valor y provecho de una mentira. Han asumido para sí, el valor de una atención, de un consejo, de una sonrisa. Se Han tropezado, para su Fortuna, con la falta de malicia en el aprovecharse de los demás. Ese querer dar, solo por el placer de dar. Sin olvidar sus zapatos viejos, hacen comparaciones, sacan cuentas, analizan y descubren que en el cabalgar del conocimiento integral pueden cumplir todas sus expectativas. Aprendieron a buscar sabiendo que siempre hay algo útil hasta en el cesto de la basura. Que si se hace con cuidado, pueden buscar y encontrar algo provechoso en los pantanos. Que si se mira con detenimiento, seguro que vemos las huellas de otros en nuestro camino….por ello, sembrados en lo más profundo, en lo más íntimo, en lo insondablemente desinteresado del sitio de sus afectos, han descubierto caminos y silencios nuevos. Otras soledades para acompañar a las suyas. Por ello, en el inicio de sus vidas, en el borde de las carencias, en la crítica a las ausencias percibidas, en el desafecto de todos los días, en esa soledad que grita entre algunas paredes..han encontrado un lugar donde inventar sonrisas y sembrar mariposas. Donde cosechar veranos, que aunque a veces encandilen, sean capaces de reflejar no solo lo malo o regular de lo vivido…sino lo bueno que resta por vivir.









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