No conozco a Dios

(Publicado en el Diario El Informador el 12.11.08)

No conozco a Dios

Lic. Víctor M. Barranco C.

Tiene 13 años. Una inteligencia natural capaz de asombrar a cualquiera. Su locuacidad corresponde a una claridad de deseos y a un testimonio de su seguridad, que hay que reconocerle. Dice ser EMO. Como tal quiere replicar lo que una madre a quien entrevisté recientemente afirmó sobre ellos. Se ha dispuesto desmitificar a su grupo. Contarle al mundo, su propia experiencia. Por eso, a su corta edad, ha aprendido a caminar, reflexionar, rebelarse, descreer, perderse en la soledad, en sus angustias, en ese miedo irreversible a la obscuridad, la noche, los fantasmas, la sed, la calma. Desea recorrer otros lugares, revisar las anécdotas, las calles, el amor, el odio, la fe, la duda, el pesar, el control padre e hijo. Rechazar la maldad, el desprecio de punketos y metaleros que en los centros comerciales donde acuden a encontrarse con sus pares se burlan de su grupo, de su deseo de ser como le da la gana, de esa necesidad a que los respeten en sus creencias, que no los difamen, que no los señalen solo porque visten y creen diferente. Niega que sean tentados por la muerte. Que sean bisexuales, aunque reconoce la homosexualidad, el afeminamiento…sobre todo en los emos hombres. Quiere hurgar en la conciencia, el pensamiento, ese yo rígido de los demás que a ratos los acusa –según ella- sin razón. Pergeñar en los sueños, los recuerdos, los aciertos, el ayer, la potestad de los padres de disciplinar, en su padre conservador y su madre comprensiva… para sobrevivir su experiencia sin mayores traumas, sin odiosas consecuencias. A su muy corta edad, reclama independencia. Y aunque reconoce la voz ductora de sus padres en el proceso de su formación, no deja de hacer de su libertad plena un sueño, su propio mito, su más apreciada leyenda. Desea ser autora, protagonista, primera actriz de sus triunfos, sus tristezas, sus angustias, sus sonrisas. Acurrucarse en los techos, las almohadas, y desde allí defender su ateísmo, ese no creer en nadie más que en ella. Ese negar a Dios, porque todavía no lo ha encontrado. Porque no sabe quién es Él. Fantasear. Inventar…existir. Demoler los viejos instintos, los oxidados valores, la falsa moral, ese pudor producto de quienes son a ultranza conservadores. Encontrar un sitio para sembrarlo de corazones. De estrellas rosadas. Cultivar aquel pensamiento hitleriano que repite en su mechón tapando uno de sus ojos, pero que apenas conoce en toda su perversa extensión. Racionalizar desde una desenvoltura propia de una joven, pero madura adolescente, el poder pisar otras huellas, otro camino, la misma soledad cotidiana que consecuencia la incomprensión de muchos al grupo que pertenece; pidiendo tan solo una cosa…que la respeten.

-Me escribe, solicitando mí opinión sobre los EMO por correo…me da la suya, me pide hacer pública su posición frente a una por mí entrevistada madre de un EMO… una especie de derecho a réplica de quien se siente aludida injustamente. Concertamos una entrevista y allí me relata su punto de vista
- Le escribí pues siempre lo leo, como hacen muchos jóvenes. Usted nos ha hecho leer el periódico, cosa que antes nunca hacíamos. El día que usted publicó la entrevista sobre la madre con un hijo EMO, vi a una señora leyéndola y diciéndole a otra que los EMO eran basura...cosa que además de falsa, no puede queda en el ánimo de la gente como la apreciación de lo que somos. Por eso pedí hablar con usted. Por eso quiero contarle lo que en realidad son los EMO.

- ¿Eres EMO?
- Sí

- ¿Desde cuándo?
- Desde los 10 años me gusta la cultura EMO. La música que los identifica. Los grupos que son comunes a nuestro gusto. Cómo se visten. Lo que quieren. Lo que hablamos.

- ¿Qué opinan tus padres?
- A ellos no les gusta. Papá es más conservador, más estricto. Mamá es más comprensiva, y aunque no comparte el que yo sea EMO trata de explicarme, de justificar su posición, de decirme por qué en su concepto alguna cosa no me conviene. Que a mi nunca me ha faltada nada. Que me lo han dado todo.

- ¿Tienes novio?
- Sí

- ¿Es EMO?
- No

- ¿Cómo se entienden?
- Ni él se mete en las cosas que yo hago…ni yo me meto en las de él

- ¿Te llama la atención la muerte?
- No

- ¿Qué piensas de la familia?
- No hay una gran cercanía entre nosotros. Papá no comprende lo que hago. A mi abuela todo le molesta. No entiende que las cosas han cambiado. Que vivimos otro mundo, uno muy diferente al de ella.

- ¿Cuánta libertad tienes? ¿Cuánta libertad quieres?
- Yo entiendo que los padres quieran influir en los hijos. Pero deben escucharlos. Dejarlos desarrollarse. Entender que los tiempos han cambiado. Darle la libertad de tomar sus propias decisiones. Que es su vida. Que ellos decidan que hacer con ella. No fumo, no bebo…solo voy a los centros comerciales a reunirme con mis amigos. A conversar, a escuchar música, a compartir.

- ¿Cómo los ve la gente donde van?
- Se meten con nosotros. Sobre todo los punketos y los metaleros, quienes nos ofenden. Han llegado a decirme prostituta. No nos dejan en paz. Algunos centros comerciales están exigiendo que estemos acompañados de nuestros padres para poder aceptarnos. Otros, simplemente no nos aceptan.

- ¿No crees que eres muy jovencita?
- Sí. Pero con capacidad de opinar y decidir. Yo aspiro que mis padres en algún momento entiendan. Que hagan un esfuerzo y me comprendan.

- ¿No te das cuenta que no son solo tus padres quienes rechazan lo que haces, sino que también la gente?
- A mi no me importa lo que digan los demás. Pues eso de que somos suicidas o bisexuales es absolutamente mentira.

- Pero los hombres EMO presentan algún afeminamiento…
- Si, es cierto. Se pintan, y hay homosexuales, y bisexuales en el grupo, pero no es verdad que todas las EMO son lesbianas.

- ¿Es parte de la cultura EMO ser bisexual?
- Qué va. Eso es una decisión personal. Uno es lo que ve en la casa. Si hay bisexualismo es producto de lo que ve en el hogar. La casa es el modelo.

- ¿Qué vas a estudiar?
- Quiero ser médico patólogo

- ¿Te castigan tus padres?
- No. Me orientan. Nunca les llevo la contraria. Papá que es más conservador, dice que lo que estoy viviendo es una etapa de rebeldía. Que eso pasa.

- No hay EMO viejos…todos viven esa especie de moda hasta los 18 ó 20 años…
- No es verdad. Hay EMO mayores. No hay viejos porque somos un grupo nuevo. Pero el que es EMO, lo es para siempre

- ¿Crees en Dios?
- No. Nosotros no creemos en Dioses.

- ¿Quiénes son “nosotros”?
- El grupo. Los EMO.

- ¿En qué crees, entonces?
- En mí misma

- ¿Alguna vez creíste en Dios?
- Sí

- ¿Cuándo dejaste de creer?
- Hace mucho tiempo

- ¿Por qué?
- Porque a lo mejor no lo conozco

- ¿Tus padres, creen en Dios?
- Sí, y les molesta mucho que yo sea atea

- ¿Pides ser entendida?
- Sí

- ¿Entiendes tú a los demás?
- Algunas veces

- ¿No piensas que a tus 13 años, te puedes equivocar? ¿Que pudieras estar equivocada?
- Sí

- ¿Cómo llegaste a ser EMO?
- Siempre iba a los centros comerciales y me tropezaba con ellos. Siempre me llamó la atención el grupo. Aunque un EMO nace, no se hace.

- ¿Qué hacen como grupo?
- Visitamos centros comerciales, nos reunimos y hablamos, vamos a fiestas familiares. La música es el centro del grupo. Lo medular.

- ¿De qué hablan?

- De todo un poco. De algunas cosas de los metaleros. De música

- ¿Te has sentido rechazada cuando te vistes como EMO?
- Pero solo por punketos y metaleros

- ¿Te has drogado?
- No

- ¿Has activado tu sexualidad?
- No

- ¿Te importa el futuro?
- Sí

- ¿Eres feliz?
- Sí

- ¿Qué te falta?
- Nada

- ¿A qué le tienes miedo?
- A la obscuridad

- ¿En que puedes ayudar a los demás?
- Depende. Nos han pintado como suicidas, distante, triste, homosexual… pero eso es en Estados Unidos. En Venezuela los Emo somos distintos. No se cortan las venas…no se suicidan.

- Pero recientemente se suicidó una niña EMO...
- A ella el grupo no la mandó a suicidarse. Aunque la madre le echa la culpa al grupo, ella se suicidó porque no la dejaron ir a un concierto del conjunto que más le gustaba. Tenía mi edad, 13 años.

- ¿Hay algún culpable?
- No sé. Pero no lo pueden tener a una encerrado en una casa. Castigado. Sin moverse. Eso agrede la autoestima de uno. Yo quería ir a ver a KUDAI y me dejaron. No pasó nada. Mi madre habla conmigo. Me deja tomar mis decisiones.

- ¿Eres una niña consentida?
- Mi mamá me complace mucho. Yo le ayudo en todo. Ella siempre sale en mi defensa frente a lo estricto que es papá.

- Tienes unos padres muy buenos…le afirmo
- A mi mamá le digo todo

- ¿Todo?
- Bueno…casi todo

- ¿En quién confías más, en tu mamá o en tu novio?
- Sin dudas, en mi mamá

- ¿Qué edad tiene tu novio?
- 15 años. Lo conocí a través de un amigo, y no me hice novia de él de una vez. Lo pensé. Y luego de algún tiempo fue que acepté ser su novia. De ello han pasado ya, 5 meses.

- ¿Qué no te gusta de ti?
- De mí, me gusta todo

- ¿Cómo es tu rendimiento como estudiante?
- Tengo promedio “A”

- ¿Vas a ser EMO siempre?
- Sí

- ¿Qué pasa si tu novio te pone a escoger entre él y seguir siendo EMO?
- Hablaría con él. Estoy segura que lo convencería. Aunque él hace lo que quiera, entre nosotros no hay reglas de juego. Ni límites posesivos.

- ¿Te gustaría algún día, cuando corresponda, casarte…tener familia?
- Primero quiero tener una profesión y ejercerla. Luego buscaré una persona ideal, pues le temo a la soledad. Abrazo a mi mamá cuando siento miedo.

- ¿Por qué te molestó la opinión en contra de los EMO que te motivó este encuentro?
- Me molestó, como ya le dije, el que alguien afirmara que somos basura cuando leía la entrevista en su espacio...pues no lo somos. Además quiero que la señora que usted entrevistó y que tiene un hijo EMO, sepa que no todos somos como su hijo. Que no puede juzgarnos, ni ella ni nadie, por el comportamiento de su hijo. El EMO no es una actitud, ni una moda, ni el escudo para una tristeza, tampoco una rebeldía que pasa con la edad…el EMO se lleva por dentro. Ciertamente tiene una forma de vestirse, de llevar el pelo...

- A lo Hitler, le digo...
- Sí, como ese señor…que es de donde viene el grupo.

Locuaz. Inteligente. Reclama un espacio para ser dueña de su vida. Lo encuentra en quienes, como ella, sienten que en grupo es más fácil llamar la atención sobre lo que quieren. Está decidida a escribir su tiempo. A vencer sus temores, a imaginar el tamaño de cada uno de sus silencios. Ha diseñado un sueño, un amor, y hasta una forma de relacionarse con la familia para saciar sus sueños. Ha escondido el temor, el rechazo, la sombra, el túnel, en algún lugar de su almohada…escudo infaltable cuando la sorprende ingratamente la oscuridad. Siente a su corta edad, que le quedan pocos cuentos que reír, y sí muchas alegrías que vivenciar. Ha roto la esclavitud de los afectos, y por momentos, ha extraviado a Dios de su agenda…sin saber aún si para complacerse, o para complacer al grupo al que ahora pertenece. No se subordina a los afectos con los que ha nacido, y solo espera decidir, escoger, y no equivocarse en ello. No ha hecho puente con la muerte. Vive cada instante como quiere… Ojalá algún día, en algún momento, cuando la autoestima no sea camisa de fuerza pueda volver sin temores, sin prejuicios, sin ninguna atadura a la concha, al vejo caracol. A ese principio de todo, a ese espacio abierto donde las etapas se queman una tras otras…nunca, todas juntas. Desandar la vida, el cielo, la música, la propia intimidad, en medio de una nueva brisa. Devolverse hasta el vientre, a la semilla y poder responderse, sin prejuicios todos los por qué. Incluido ¿el por qué me trajeron? Reiniciarse hasta alcanzar la madurez plena, para saber que no somos solo un accidente en medio de un revolcón de fluidos, ajenos por demás, al deseo del momento. Descubrir el por qué de su vida, más allá de los estereotipos. Para ello tiene talento. Una inteligencia muy especial. Y la ayuda y comprensión de sus padres. Además de espacios como éste, para decir lo que piensa….segura de poder contar con nuestro respeto a lo que diga y cree.




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